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28 de jul. de 2011

morreu??

Ha muerto Rotilla? No…no murió, lo mataron

Publicado el 21 julio, 2011 por Ana María


Todavía recuerdo, con cierto pesar, cuando hace dos años desplegué todas mis facultades periodísticas-o al menos con las que contaba en aquel entonces-para hacer un trabajo sobre el Festival de Rotilla que desde 1998 se venía celebrando, primero en Jibacoa y más tarde en la playa que bautiza hoy con su nombre al evento.

Entrevisté a todos los organizadores, pertenecientes al grupo Matraka, a muchos de los que participan anualmente, vi videos y fotos y carteles y propagandas educativo-ambientales que repartían allí, leí lo que se había escrito sobre el Festival y hasta fui, para ver con mis ojos lo que allí pasaba, para luego saber hasta qué punto era cierto o no lo que la prensa extranjera exponía y lo que la nuestra callaba.

Y qué pasó? Lo de siempre…el trabajo jamás se publicó. Y ahora, luego de dos años, el pesar es mayor…porque ahora el festival fue “secuestrado” si pudiera ser este el mejor término a usar.El Festival de Rotilla como espacio alternativo-aunque el término es cuestionable-funcionaba para los jóvenes que hasta allá iban, tres días seguidos en agosto, para disfrutar gratuitamente de la música electrónica de Cuba y de la que traían algunos exponentes del género en otros países, de las agrupaciones invitadas, del intercambio social entre las diferentes tribus urbanas porque allí lo mismo se veía a un fricky, que a un repa, que a un miki, que a un emo, que a un “desclasificado” y sobre todo de la libertad de hacer lo que se quisiera, entre amigos, entre socios, entre jóvenes.

El año pasado el festival contó con la asistencia de 20 000 personas, cifra récord, haciendo del festival el evento de mayor duración y de mayor asistencia juvenil dentro la isla.

Por qué eso molestó tanto que de pronto el Ministerio de Cultura y el Instituto de la Música quisieron adueñarse del evento y serán sus promotores este año? O en realidad lo que molestó fue la organización autónoma, independiente y des-institucionalizada que tenía el Festival por parte de los muchachos que lo hacían posible? O, como se argumentó en no pocas ocasiones, lo que molestó fue la extrema libertad y el peligro de que allí los jóvenes bebieran, se drogaran, se bañaran desnudos y sobrepasaran los límites de la “sana diversión”?

Yo pregunto…Acaso era el Festival Rotilla peligroso? No puede serlo igualmente un concierto masivo de reguetón, estatalmente organizado, en el que los cantantes incitan en medio del espectáculo a que las muchachas se desvistan mientras bailan? No puede serlo también un bailable popular en una plaza municipal con vistas al aniversario del Triunfo de la Revolución cuando, con tragos de más, pueden desencadenarse revueltas cuchillo en mano para “zanjar honores”? Y la ética institucional, dónde quedó?

El peligro y el miedo a él está dentro de nosotros mismos, y es por eso que lo vemos en todo, a diario. El peligro de Rotilla, seguramente, está únicamente en la pupila de quien lo vió. Y aunque puede tener argumentos sólidos que lo expliquen-no convincentes- lo mal hecho, hecho está.

Ahora, como está respaldado institucionalmente, no dejará de hablarse del Festival en los medios de prensa, aunque ya no sea el mismo, aunque todo tenga horarios y se promueva “la robotización” de la gente.

Los jóvenes de aquí, una vez más, se sentirán defraudados porque no es una muerte más, sino un asesinato más.

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